Vivir en una casa de Bello y Reborati


Reportaje

¿Vivir en una casa de Bello y Reborati, es realmente como poseer un classic car?

No sé si tanto, pero cuando alguien visita nuestra casa por primera vez, el primer comentario suele ser “¡Ah! Una casa de Bello y Reborati…
Tenemos unos amigos que también viven en una casa construida por la empresa, y efectivamente  hay un remoto sentimiento de cofradía entre nosotros. 
El juego es tratar de tener las casas impecables, que parezcan recién construidas. No es fácil ni barato,  pero cuando se logra los resultados son magníficos, siempre que se haga con gusto y respeto a la idea original del proyectista.


¿Qué piensa de que estas casas estén protegidas y no se puedan modificar?

No estoy seguro de que la realidad sea así. Tengo entendido que la protección cubre solamente ciertas partes de Pocitos y Punta Carretas. Tampoco se trata de que no se puedan modificar. No se puede tocar la fachada, pero sí el interior. Creo que también crecer en altura conservando el estilo y sin sobrepasar los nueve metros.
También se han producido excepciones, y en los últimos años se han perdido en esta zona algunas casas de Bello y Reborati que en mi opinión hubieran merecido ser conservadas.

Sí, efectivamente en este sitio se dan algunas muestras de casas demolidas recientemente para dar paso a edificios. Pero ¿es justo que una persona no pueda hacer con su propiedad lo que le parezca, incluida la demolición y la construcción de otra casa?

Es un tema que admite muchas opiniones. Lo más justo es que haya reglas de juego conocidas y que no cambien con frecuencia. 
Es lo que históricamente ocurrió en Carrasco, nunca se permitió edificación en altura. Como resultado es el barrio más armónico de Montevideo. En Pocitos nadie pensó en eso y desde finales de la década de 1950 los edificios  comenzaron a brotar anárquicamente por todos lados.
Parece razonable que la ciudad busque proteger determinadas áreas que tengan que ver con su historia, su cultura o su identidad y que además guarden un encanto particular.
El punto clave es saber si alguien que quiera vender su casa protegida y por lo tanto no apta para hacer un edificio, logrará por ella un importe similar que le pagaría un constructor para demolerla y construir en altura.  
No hay problema si la ecuación funciona, pero si una casa protegida pasa a valer menos que su terreno si fuera edificable, su propietario es el que se ve perjudicado. 
No parece haber razón para que el dueño de la casa sea quien asuma el costo de la preservación. 


¿Se deben modificar estas casas?

En casas de más de ochenta años, no hay más remedio que por lo menos cambiar cables, cañerías y adecuar baños y cocina.
Generalmente además es necesario ajustarlas a nuevos estilos de vida, cosa que no dependerá tanto de la casa en sí como de las necesidades particulares de la familia que la habita. Un hogar no es un museo sino algo vivo que debe adaptarse como un guante a quienes viven en él. 
Hay quienes toman como algo habitual hacer reformas antes de ocupar una casa.
Por ejemplo, esta casa se benefició de reformas menores. Un gran baño que había en planta alta, se convirtió en otro más pequeño, dejando espacio para una segunda escalera entre el primer piso y el segundo. Una  de las cinco habitaciones del segundo piso se destinó a baño principal, obviamente desarrollado  con criterios muy diferentes al original.
Se hicieron algunos cambios en la cocina agregándole un office con desayunador.  En el jardín de la parte posterior se construyó un parrillero y un bungalow que le dan un aire de casa de balneario.
Por lo demás, nada se tocó y las fachadas lucen barnices y pinturas de los mismos colores que los constructores pensaron.
He visto casas que han hecho modificaciones, agregando detalles que Bello y Reborati usó en  viviendas similares. En estos casos, si bien la fachada  no es estrictamente el diseño del proyectista, respeta sus criterios, y los resultados suelen incluso mejorar el  original.  También se ven horrores y reales atentados contra  la estética.





¿Qué se puede decir de la calidad de la construcción?

Son casas bien construidas y con materiales de primera calidad.
No se ven grietas ni fisuras, que demuestren un movimiento de la estructura, tampoco hay humedades.
De todas formas hay que recordar que la empresa construyó casas de categorías muy diversas, desde las lujosas, hasta lo que hoy se llamaría vivienda social. 
Los materiales aun dentro de un buen nivel de calidad sin duda serán de diferente tipo.
Además, tampoco construyeron siguiendo un único estilo. En las casas construidas durante los  últimos años de actividad, abandonaron el estilo mediterráneo   tendiendo al racionalismo, y a la arquitectura náutica. Las ventanas se agrandan y las casas son mucho más luminosas.



Pensando en términos comerciales ¿Cómo se comparan los valores de una casa de Bello y Reborati respecto a sus vecinas similares que no lo son?

No creo que el cartel en la fachada influya en el valor de la casa, más bien lo harán las especiales características que estas casas tienen. 
Dentro de una misma zona, una casa de Bello y Reborati comparada con otra de otro constructor,  ambas de superficie y categoría, similares, tendrá muchas más chances de haber sido pensada con criterios más modernos y ser más cómoda y adaptable a las necesidades de una familia del S XXI, en una palabra más vivible.
Las casas de Bello y Reborati construidas en otros barrios, reflejarán también esas mismas ventajas comparativas respecto a sus vecinas, lo que no quiere decir que alcancen los valores de las de Pocitos. 
El valor de una casa es una mezcla de variables, en el cual la valorización de la zona suele ser el elemento más importante, aunque el valor final surja  de los gustos y necesidades de quien compra  y de la urgencia de quien venda.







Fotos Minnie