Fachadas ¿pintar o no pintar?

Durante el siglo XIX y hasta mediados del XX, lo común en Montevideo era que las fachadas se terminaran en “imitación piedra arenisca” o más simplemente “imitación”. Del otro lado del Plata se la conoce como “piedra París”, y consiste en revocar con una mezcla de cal y/o cemento portland, arena de diversa granulometría y color y otras cargas como por ejemplo pequeñas láminas de mica.

En algunas ocasiones se aplicaba en forma lisa y continua, en otros se intentaba imitar, con suerte variable, que las paredes estuvieran hechas realmente de bloques de piedra.
En algunos edificios se mezclaban ambas cosas, los bloques de piedra natural con imitación (por ejemplo en la fachada de la Catedral de Montevideo).
Catedral de Montevideo.
El resultado final dependía de la maestría de los artesanos al mezclar los diversos elementos para que resultara a la vez una superficie durable, homogénea, consistente y de aspecto atractivo.

Sede central del Banco de la República O. del Uruguay


Envejecimiento de la imitación.
Siendo Montevideo una ciudad costera, y por lo tanto de clima húmedo, este tipo de terminación resulta bastante vulnerable, siendo propensa a oscurecer por la acumulación de polvo, humo y hollín, y a desarrollar musgo y verdín, o incluso desintegrarse luego de algunos años, siendo en estos casos muy difícil, recrear el mortero original para que la superficie no resulte de color y textura diferente.



Con el pasar del tiempo, las superficies que originalmente eran de color gris claro, se vuelven gris oscuro, pardo o verde, con un aspecto general sucio, agravado por las marcas dejadas por el escurrimiento del agua de lluvia.



En la década de 1960 comenzó a usarse el arenado (extrusión de arena fina a alta presión) como forma de limpiar las superficies.
Los resultados del proceso resultaban sorprendentes. Volvía el aspecto original de las superficies, pero lamentablemente resultaba de corta duración, ya que éstas con la abrasión de la arena, quedaban con mayor porosidad resultado luego aun más proclives a retener partículas de suciedad o desarrollar micro vegetales.
Posteriormente, en el hidrolavado se sustituyó la arena por agua a alta presión, lográndose un trabajo menos agresivo, pero de resultados menos espectaculares e igualmente de corta duración, aunque al agua se le agreguen fungicidas u otros productos.

Edificio renovado mediante la aplicación de pintura sobre la imitación original.

Actual sede del BID.

Un ejemplo es la fachada del palacio Gandós, antiguo Hotel Colón, restaurado en 2006 como sede local del BID (Banco Interamericano de desarrollo). Hoy día sus fachadas acusan los 104 años del edificio como si los trabajos de restauración nunca se hubieran realizado.

En este punto entra a jugar el uso controversial de la pintura luego del hidrolavado, como forma de lograr terminaciones de aspecto limpio, nuevo, y que a la vez permite darle al edificio una nueva personalidad y combinarlo con construcciones vecinas y en general con el entorno.

Esta política sin embargo tiene detractores entre quienes piensan que deben mantenerse a ultranza las características de un edificio tal cual se las proyectó. En este caso, el uso de pintura sobre superficies de imitación desvirtuaría lo que el arquitecto concibió.



Es un problema de difícil solución, ya que el proyectista tampoco pensó en su obra como un edificio sucio y deslucido.
En definitiva, a quien debería corresponderle la decisión al respecto, ¿al diseñador, a la autoridad municipal o al propietario?
Como siempre, las opiniones está divididas.


Recorriendo las calles se puede encontrar todas las soluciones posibles, desde casas que mantienen sus paramentos de imitación intocados, hasta las que ha sufrido verdaderos atentados sufriendo colores completamente desatinados, pasando por quienes con buen gusto han cubierto las superficies con colores armónicos que han comunicado una nueva vida a las construcciones.

Chateau renovado mediante pintura.

¿No será exagerar?




La pintura permite notables cambios en la personalidad de una casa.