Un catálogo del trabajo inmobiliario de Bello & Reborati realizado en la ciudad de Montevideo, entre 1921 y 1939.
Un extraordinario ejemplo de marketing y calidad aplicada a la construcción.
Desde la Rambla se la identifica como la calle de la estación.
Tiene el privilegio de alinear en sus aceras las casas que pertenecieron a los socios de la firma, construidas durante el período de mayor auge comercial.
De alguna forma los gustos y personalidad de cada uno se dejan ver en las fachadas de sus respectivas casas. El visitante sacará sus propias conclusiones.
También incluye casi toda una cuadra formada por casas construidas por la firma, que si bien son todas de diferente estilo, color y diseño, son similares en cuanto altura, frente, época, mantenimiento y categoría.
Esta casa comparte con la casi vecina del Ramón Bello, la idea del basamento de piedras de forma regular, al igual que el azul en los antepechos y el rosado en las columnas y molduras.
Aunque de menor destaque que la de su socio, la casa de Ramón Bello ubicada en Solano Antuña y Tomás Diago, llama sobre todo la atención por el original uso del color en la piedra, los azulejos y los elementos incorporados a las terminaciones en imitación piedra. Fue inaugurada en 1930, pocos meses después que la de Reborati.
Mirador cerrado con vidrieras y con tejado a cuatro aguas. Balcones con barandales de madera. Hornacina con jarrón.
Azulejos con predominio del dorado, enmarcados con azul, color que comparten los antepechos de las ventanas de medio punto. Ventanas geminadas con parteluz con columna salomónica.
Detalle del mosaico y uno de los azulejos que lo forman.
Vista de la fachada sobre Tomás Diago. Aquí la hornacina es sustituida por una pequeña ventana con vitral de tamaño y diseño similares.
El color azul ultramar aplicado a las columnas es original.
El recibidor de esta casa, da paso a la escalea principal, que al contrario de la mayoría de las casas construidas por la firma es de hormigón y no de madera. Interesantes dibujos de azulejos en las contrahuellas que podrían inspirarse en diseños indoamericanos.
Llama la atención la poca seguridad que parece ofrecer el barandal, que dicho sea de paso exhibe un intersante tallado en el arranque.
Living con lambris y maderas oscuras. Los vitrales hacen innecesario el uso de voiles y cortinas.
Refrescante vista desde el balcón que deja ver otra casa de la firma en la vereda opuesta.
Bello no tuvo inconveniente en que la empresa construyera varias casas a continuación de la suya sobre Tomás Diago. También por Solano Antuña.
Da la impresión de que la casa hubiera sufrido transformaciones diversas. El basamento de piedras no combina con el art decó, aunque tampoco se puiede decir que los niveles superiores sean definidamente de ese estilo. Más bien parecería una casa del período característico de la firma, pero modernizada.
Pese a la dificultad de contar con un terreno de un frente de pocos metros, los constructores se animan a proyectar una casa de estilo Tudor.
Un aire tiene...
Este poco simpático personaje nos da la bienvenida a esta casa.
Fachada que quiere asimilarse a la de algunos de los palacetes del S XIX. El uso del granito oscuro, las rejas negras y los manijones de bronce no parecen demasiado adecuadas para este tipo de casa y menos en este lugar.
El gusto de la clientela de la empresa no sabía de términos medios. Ésta incluye detalles art decó, y es casi gemela de su vecina del 2841 pero la antítesis de la del 2831.
El gusto de la clientela de la empresa no sabía de términos medios. Esta de la línea art decó, gemela de su vecina del 2841.
Destacable el historiado balcón con columnas salomónicas.
Habiendo poco lugar para desarrollar el basamento, se eligieron entonces bloques de forma regular y de un solo color.
Esta casa culmina una serie de varias, que curiosamente a pesar de ser más o menos contemporáneas transparentan estilos muy diferentes. En este caso detalles art decó.
Bello y Reborati no descuidaban los detalles y la calidad aunque las casas a construir fueran pequeñas. En el tercer nivel, balcón al que se accede por la puerta, del mismo ancho que las dos aberturas que lo flanquean, las tres de medio punto.