
Hay edificios altos, pero no muchos. Todavía son mayoría aquellas casas que hicieron un barrio feliz, enamorado del río con olor a mar y de los árboles que le roban su luz al sol. Quiere conocer el legado de Bello y Reborati, venga a esta calle. Recórrala. Encontrará desde las grandes casas con fachadas a dos calles -la del propio Ramón Bello entre ellas- hasta las otras, esas que tienen hermanas gemelas por todo el barrio.