A través de las décadas, Carrasco fue recorriendo un interesante itinerario urbano que comenzó siendo un balneario cercano a Montevideo apiñado en torno al señorial hotel.
Luego se integró a la ciudad convirtiéndose en uno, por no decir su más cotizado barrio residencial.
A pesar de que Carrasco conserva aún sus atributos de zona lujosa y demandada, algunas de aquellas enormes casas habitadas por familias numerosas y bullangueras de gran poder adquisitivo, fueron convirtiéndose al ritmo de los tiempos, pasando ahora a compartir espacios con oficinas profesionales y comerciales.
La casa que nos ocupa está ubicada en el centro histórico del barrio, y el estar firmada solamente por Alberto Reborati, indica que fue levantada en la década de 1940.
El proyectista en ese momento, se inclinaba por líneas sobrias y clásicas, algo afrancesadas, con abundantes aberturas de medio punto, y elegantes balaustres.