Br. Artigas 1129


Otra amplia y magnífica casa, que brilla recientemente restaurada. Un cuerpo central a manera de torre, culmina en un importante mirador. Medio puntos y balcones con balaustres son los destaques ornamentales. La piedra y el ladrillo (pintado) constrastan con la los paramentos pintados de blanco.




Si bien en gran parte de la producción de la firma se intentó desarrollar esta estética, aun en casas con escaso metraje de frente, innegablemente el verdadero brillo se logra cuando se dispone del espacio y la perspectiva adecuados.


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Br. Artigas 1141




He aquí una casa de grandes dimensiones, en la que juega en parte una ornamentación clásica, pero que no parece del todo lograda, especialmente el bow window que por su forma más bien recuerda a un iglú.


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Br. Artigas 1145



Casi un pequeño castillo, con dos leones casi rampantes sobre la puerta.


Ornamentación mixta que incluye además de elementos utilizados por la firma, otros del clasicismo.



Se nota que el comitente, pidió un elevado nivel de calidad. Remarcables los trabajos de herrería y carpintería, sobre todo la doble puerta principal.
Lamentablemente, la casa parece deshabitada y algo venida a menos.


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Br. Artigas 1167


Del conjunto de dos casas que originalmente se integraban con simetría casi perfecta, esta es la que parece haberse mantenido fiel al diseño original. 


El balcón con barandas de madera, ya no se ve en su vecina del 1175, al igual que la pequeña abertura junto al portón del garaje, que ha sido sustituida en su vecina por otra de mayores dimensiones.




Este cuerpo saliente central, corresponde a ambas casas. Es curioso ver una línea de mampostería que se trazó como delimitatoria entre ambas propiedades, que si bien pasa por el medio del pequeño plato central del último nivel, no lo hace por el centro del grande en el segundo.


Viendo la línea y el plato, uno puede sacar la conclusión de que o bien la línea no está bien trazada, o bien quien colocó el plato no tuvo el cuidado de centrarlo. A simple vista parece esto último. Lo que uno no se explica es porqué se trazó la marca que pone en evidencia el error. Tal vez haya toda una historia detrás de este detalle.

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Br. Artigas 1175


Esta casa  originalmente guardaba simetría perfecta con su vecina del 1167, circunstancia que hemos registrado en escasas oportunidades dentro de la producción de la firma.




Ambas casas forman un conjunto señorial, en torno a un definido eje de simetría. El cuerpo saliente central  recubierto de piedra hasta la mitad del segundo nivel, corresponde por igual a una y otra casa. 
Se complementa a cada costado por otros recubiertos de ladrillos. que incluyen el acceso a cada una de las casas.
Como también se ve en el conjunto de la calle Ellauri, con el paso del tiempo las casas van acumulando diferencias: rejas de distinta forma y color, ventanas que en un caso se barnizan y en otro se pintan, pero el más notorio es la eliminación del balcón con barandal de madera del 1167, que se convierte en un avance de la correspondiente habitación en el 1175.  Igualmente, la casa del 1175 tiene modificada la escalera de acceso, de modo que careciendo del ángulo recto original da espacio a la apertura de una puerta a nivel de la calle.



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Br. Artigas 2184


A medio camino entre sus hermanas de Pocitos y Punta Carretas y las que constituyen el núcleo del llamado Carrasquito, surge esta muy buena casa.


El estilo se asemeja más bien a las cercanas al monumento a Luis Batlle que a la mayoría de las pocitenses.





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Maldonado 2361


En la calle Maldonado, muy cerca de la esquina con Br. Artigas, la empresa levantó esta casa de no muy grandes dimensiones.


La casa está desarrollada en dos niveles sin garaje, y con un bow window en la habitación principal.


Siempre es respetable el criterio del propietario, pero la foto de la derecha, que ilustra como era la casa originalmente, gana frente a la de la izquierda que muestra su estado actual. La pintura blanca cubrió  las partes de ladrillo y el clásico basamento de piedras de dos colores.



Los obreros que clavaron las grapas metálicas no tenían en mucho aprecio la obra de Bello y Reborati.

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Vivir en una casa de Bello y Reborati


Reportaje

¿Vivir en una casa de Bello y Reborati, es realmente como poseer un classic car?

No sé si tanto, pero cuando alguien visita nuestra casa por primera vez, el primer comentario suele ser “¡Ah! Una casa de Bello y Reborati…
Tenemos unos amigos que también viven en una casa construida por la empresa, y efectivamente  hay un remoto sentimiento de cofradía entre nosotros. 
El juego es tratar de tener las casas impecables, que parezcan recién construidas. No es fácil ni barato,  pero cuando se logra los resultados son magníficos, siempre que se haga con gusto y respeto a la idea original del proyectista.


¿Qué piensa de que estas casas estén protegidas y no se puedan modificar?

No estoy seguro de que la realidad sea así. Tengo entendido que la protección cubre solamente ciertas partes de Pocitos y Punta Carretas. Tampoco se trata de que no se puedan modificar. No se puede tocar la fachada, pero sí el interior. Creo que también crecer en altura conservando el estilo y sin sobrepasar los nueve metros.
También se han producido excepciones, y en los últimos años se han perdido en esta zona algunas casas de Bello y Reborati que en mi opinión hubieran merecido ser conservadas.

Sí, efectivamente en este sitio se dan algunas muestras de casas demolidas recientemente para dar paso a edificios. Pero ¿es justo que una persona no pueda hacer con su propiedad lo que le parezca, incluida la demolición y la construcción de otra casa?

Es un tema que admite muchas opiniones. Lo más justo es que haya reglas de juego conocidas y que no cambien con frecuencia. 
Es lo que históricamente ocurrió en Carrasco, nunca se permitió edificación en altura. Como resultado es el barrio más armónico de Montevideo. En Pocitos nadie pensó en eso y desde finales de la década de 1950 los edificios  comenzaron a brotar anárquicamente por todos lados.
Parece razonable que la ciudad busque proteger determinadas áreas que tengan que ver con su historia, su cultura o su identidad y que además guarden un encanto particular.
El punto clave es saber si alguien que quiera vender su casa protegida y por lo tanto no apta para hacer un edificio, logrará por ella un importe similar que le pagaría un constructor para demolerla y construir en altura.  
No hay problema si la ecuación funciona, pero si una casa protegida pasa a valer menos que su terreno si fuera edificable, su propietario es el que se ve perjudicado. 
No parece haber razón para que el dueño de la casa sea quien asuma el costo de la preservación. 


¿Se deben modificar estas casas?

En casas de más de ochenta años, no hay más remedio que por lo menos cambiar cables, cañerías y adecuar baños y cocina.
Generalmente además es necesario ajustarlas a nuevos estilos de vida, cosa que no dependerá tanto de la casa en sí como de las necesidades particulares de la familia que la habita. Un hogar no es un museo sino algo vivo que debe adaptarse como un guante a quienes viven en él. 
Hay quienes toman como algo habitual hacer reformas antes de ocupar una casa.
Por ejemplo, esta casa se benefició de reformas menores. Un gran baño que había en planta alta, se convirtió en otro más pequeño, dejando espacio para una segunda escalera entre el primer piso y el segundo. Una  de las cinco habitaciones del segundo piso se destinó a baño principal, obviamente desarrollado  con criterios muy diferentes al original.
Se hicieron algunos cambios en la cocina agregándole un office con desayunador.  En el jardín de la parte posterior se construyó un parrillero y un bungalow que le dan un aire de casa de balneario.
Por lo demás, nada se tocó y las fachadas lucen barnices y pinturas de los mismos colores que los constructores pensaron.
He visto casas que han hecho modificaciones, agregando detalles que Bello y Reborati usó en  viviendas similares. En estos casos, si bien la fachada  no es estrictamente el diseño del proyectista, respeta sus criterios, y los resultados suelen incluso mejorar el  original.  También se ven horrores y reales atentados contra  la estética.





¿Qué se puede decir de la calidad de la construcción?

Son casas bien construidas y con materiales de primera calidad.
No se ven grietas ni fisuras, que demuestren un movimiento de la estructura, tampoco hay humedades.
De todas formas hay que recordar que la empresa construyó casas de categorías muy diversas, desde las lujosas, hasta lo que hoy se llamaría vivienda social. 
Los materiales aun dentro de un buen nivel de calidad sin duda serán de diferente tipo.
Además, tampoco construyeron siguiendo un único estilo. En las casas construidas durante los  últimos años de actividad, abandonaron el estilo mediterráneo   tendiendo al racionalismo, y a la arquitectura náutica. Las ventanas se agrandan y las casas son mucho más luminosas.



Pensando en términos comerciales ¿Cómo se comparan los valores de una casa de Bello y Reborati respecto a sus vecinas similares que no lo son?

No creo que el cartel en la fachada influya en el valor de la casa, más bien lo harán las especiales características que estas casas tienen. 
Dentro de una misma zona, una casa de Bello y Reborati comparada con otra de otro constructor,  ambas de superficie y categoría, similares, tendrá muchas más chances de haber sido pensada con criterios más modernos y ser más cómoda y adaptable a las necesidades de una familia del S XXI, en una palabra más vivible.
Las casas de Bello y Reborati construidas en otros barrios, reflejarán también esas mismas ventajas comparativas respecto a sus vecinas, lo que no quiere decir que alcancen los valores de las de Pocitos. 
El valor de una casa es una mezcla de variables, en el cual la valorización de la zona suele ser el elemento más importante, aunque el valor final surja  de los gustos y necesidades de quien compra  y de la urgencia de quien venda.







Fotos Minnie



Parra del Riego 1028


La calle Parra del Riego recuerda al poeta peruano fallecido en Montevideo en 1925, ciudad en la que se había afincado.
Serpentea más o menos paralela a Br. Artigas a la altura de la facultad de Arquitectura, ofreciendo una increíble paz y silencio pese a encontrarse solo a pasos de la intersección de Br. Artigas y Br. España.


La casa se ubica en un período de transición, en la que los constructores comenzaban a incluir proyectos más sobrios, de fachadas apenas ornamentadas, que culminaría en la producción racionalista de sus últimos años.


El friso es de piedras cúbicas de granito rosado, mochetas que la pintura actual hace resaltar  demasiado, y puerta de entrada que no se ve directamente desde la calle.


Fotos Minnie

Dr. Juan Carlos Dighiero



Según lo que cuentan quienes lo trataron, Juan Carlos Dighiero fue un individuo ejemplar como persona y como médico.  Demostró estas condiciones en sus poco más de 43 años de vida y escasos 16 de profesión. 
Fallecido en 1923, sus pacientes amigos, colegas y discípulos le erigieron tres años más tarde un monumento frente a las facultades de Química y Medicina en la Avda. Gral. Flores.
Probablemente, en aquel entonces el espacio era un poco más digno de lo que es hoy.  


En la actualidad el monumento ha sido limpiado de pegatinas y pintadas, sin embargo, originalmente, la solitaria figura femenina tenía ante sí, como se ve en la fotografía de más abajo, a un niño.
A propósito, se nota que la época no existían fitness clubs. Así lo indica el notable sopreso de la modelo.


  

 


Hoy el niño ya no está. 
Así somos los montevideanos.

Fotos: Estudio6